lunes, 18 de febrero de 2008

KEN LOACH: EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA

Ken Loach realiza un cine político contundente. Quizá el más potente y poderoso del cine actual. Sus obras son relatos históricos casi documentales que critican las políticas opresivas de los gobiernos o sus servicios de inteligencia. En Agenda Secreta (1990), denuncia un crimen de estado que involucra al régimen de Margaret Thatcher y que, de tan verdadero, no pudo ser contradicho ni por la prensa ni el gobierno pese a la gigantesca maquinaria montada para denostarlo a través de los medios de comunicación.

En Tierra y Libertad (1995)no vacila en presentar al capitalismo y los imperialistas como los autores de la Guerra Civil Española ideada para destruir los caminos de la izquierda y sembrar el dominio de todo un pueblo a partir de la opresión y el castigo.

Con El viento que agita la cebada (The Wind that Shakes the Barley, Reino Unido, 2006), Loach se sumerge en la Irlanda de 1920 para contarnos la historia de unos campesinos que sufren la dominación y el atropello de los ingleses, considerados en ese entonces “los dueños del mundo”.
Los campesinos se unen para formar un ejército de guerrilleros voluntarios que se enfrenta a las tropas británicas de ocupación que han sido enviadas para sofocar las aspiraciones independentistas de los irlandeses a como de lugar.
Se trata de una historia que destila violencia y no ahorra en presentar la dura realidad de las circunstancias: palizas, torturas, asesinatos, vejaciones, golpes de guerrilla y de contraguerrilla, y que por eso ha sido interpretada como un elogio al IRA y sus posibles orígenes, aunque aquí entramos en el terreno de la especulación.
Porque la mirada de Ken Loach es sumamente aguda, y así como muestra a ingleses que reparten crueldad con sus vejaciones y palizas, también muestra a irlandeses que traicionan sus propias raíces por un beneficio mezquino. Loach deja en claro la crueldad que hay en ambos bandos, pero también deja en claro que unos son los ocupantes con sus aspiraciones de dominio y sumisión, y otros los resistentes, que lucharán por recuperar la dignidad de sus vidas. Cine intenso es este de Ken Loach. Vale la pena en toda su linea.

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