
Una cosa que queda en claro al ver esta potente película de Kathryn Bigelow es la inutilidad total y el absurdo de la guerra. Es curioso que solo una mujer pueda tener esta mirada tan lúcida para dar cuenta de la repugnancia de la guerra y sus efectos. Porque a diferencia del romanticismo que aún gravita en esas películas emblemáticas de la guerra de Vietnam como Apocalipsis Now o El Francotirador, The Hurt Locker (traducida en algunos sitios como En tierra hostil) destila malestar por los cuatro costados.
La directora de ese notable thriller que es Punto de quiebre, con Keanu Reeves y Patrick Schwaize asaltando bancos disfrazados de ex-presidentes y surfeando en olas imposibles, hace la película con más testosterona de la década para dejar en claro el absurdo y la total enajenación de una guerra tan absurda y enajenada como la de Irak.