Jodie Foster en la Senda de la violencia arbitraria
Si hay algo que demuestra la última película de Neil Jordan es que New York es una ciudad que respira sangre y fuego, y que tras el 11-S no ha podido sanar de una enfermedad que la sumerge en el miedo y la decadencia. Erica Bain (Jodie Foster) es una locutora radial que camina por la ciudad captando sus sonidos y sus formas para transmitirlos en su programa y ayudar a recuperar la memoria de la ciudad para darle otro rostro. Su apacible, idealista y seguro mundo se le viene brutalmente al suelo cuando una noche de caminata con su novio, es asaltada por una pandilla que asesina ante sus ojos a su pareja dejándola a ella maltrecha por varias semanas.
Esta es la presentación de la historia y lo que sigue es el cruel descenso al infierno de un personaje que intentará ajustar cuentas por su propia mano al ver que la policía y la justicia no hacen nada. El título (La extraña que hay en tí) hace referencia al "otro-de-sí", al alter ego vengativo, frío y violento que reside dentro de ella y que emerge cuando no hay otra salida y cuado sólo el miedo llena los espacios.
Curiosamente, hace más de 30 años, Martín Scorsese filmó Taxi Driver (1976), una de sus obras maestras, con Jodie Foster y Robert De Niro en el rol del taxista Travis Bickle que se lanza en una cruzada propia para limpiar la ciudad de tanta escoria humana. Notable en su tratamiento y en su lenguaje visual, Taxi Driver ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes de aquel año pese a los regañadientes de Tennesse Williams, presidente del jurado, "por la violencia que se mostraba en pantalla"... algo paradógico para un dramaturgo cuyas obras respiran una fuerte violencia interior como los personajes de Un tranvía llamado deseo, La gata sobre el tejado caliente o El Zoo de Cristal.
Neil Jordan (El juego de las lágrimas, Entrevista con el Vampiro) dirige esta película que está al borde de la polémica con los preceptos de la moral kantiana en su recomendación de "no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a tí" y con lo que se pretende salvar la integridad del planeta. El filme, que también recuerda la serie del vengador anónimo que protagonizó Charles Bronson, no escapa a estas concepciones de convertirlo en foco de las ligas antifascitas que podrán señalar la existencia de un orden natural en el mundo y que la justicia es para los jueces y no para quien quiera aplicarla en las calles por mucho salvajismo que haya. Por cierto, también estarán aquellos que adoptarán la tesis de hacer justicia por cuanta propia dado que la real no llega nunca.
Eso ocurre cuando el guión es débil (¿relacionado, quizá con la huelga de guionistas de Hollywood?) y que pese a los esfuerzos de Jordan por dar sentido a la tragedia personal de su personaje le falta la grandeza que si tenía el de Robert De Niro: su cruzada abrazaba el objetivo de limpiar las calles para liberarse él y también para liberar al personaje de Jodie Foster de la prostitución y la droga.
Si bien Jodie Foster está notable en su rol (puede ser candidata al Oscar) y que este thriller avanza a buen ritmo en el susopenso y la emoción, aún pena la grandeza de Taxi Driver.
1 comentario:
de lo que he visto de neil jordan, creo que es lo que menos me ha gustado hasta ahora ( había leido buenos comentarios sobre todo al trabajo de foster ) y no me pareció un filme a la altura de otros trabajos del irlandes: el juego de las lagrimas, el fin del romance, desayuno en pluton y michael collins, sin llegar al caso de un ken loach, me parece que jordan se mueve mejor dentro del regitro politico que de thriller, al margen que mala traduccion para " the brave one", la vi en una mala copia el año pasado pero no creo que la fotografía fuera demasiado escencial aquí, al menos a mi me faltó guión ( en cuanto a la solides de la historia ) repito que no es mala, pero yo de jordan esperaba mas, habrá que esperar su próximo filme, y si, absolutamente de acuerdo en que las citas a taxi driver son mas que obvias pero no es una revisitacion ni mucho menos, no da para homenaje tampoco, se queda en un aroma scorsesiano no mas.
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