lunes, 29 de febrero de 2016

'Spotlight', 'El Renacido' y 'Mad Max', las principales ganadoras de los Oscar


El drama periodístico Spotlight se alzó este domingo 28 de febrero con el Oscar a mejor película en una edición en la que el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu hizo historia al ganar, gracias a El renacido, su segunda estatuilla consecutiva al mejor director. Spotlight, dirigida por Tom McCarthy, obtuvo dos premios (mejor filme y mejor guion original), mientras que El renacido logró tres Oscar: el de Iñárritu; el de mejor fotografía para el mexicano Emmanuel Lubezki; así como el esperado y ansiado galardón para Leonardo DiCaprio como mejor actor.

No obstante, la película más galardonada de la 88 edición de los Oscar, que se celebró hoy en el Dolby Theatre de Los Ángeles, fue Mad Max: Furia en la carretera, que se llevó seis premios, todos ellos en categorías técnicas: mejor vestuario, diseño de producción, maquillaje, montaje, edición de sonido y mezcla de sonido.

Iñárritu fue uno de los nombres en mayúsculas de la noche puesto que, tras ganar el Oscar a mejor director el año pasado por Birdman, repitió galardón hoy por El renacido. Con ello, Iñárrito inscribió su nombre con letras doradas en Hollywood junto a John Ford y Joseph Leo Mankiewicz, los únicos cineastas que lo habían conseguido antes.
"No me puedo creer que esto esté pasando", afirmó Iñárritu sobre el escenario, quien agradeció al equipo de la película "desde el fondo" de su corazón su compromiso y confianza. "Y 'Chivo', gracias por tu luz", indicó al referirse a Emmanuel Lubezki, que sumó hoy con El renacido su tercer Oscar consecutivo tras haberse impuesto los últimos dos años con Gravity y Birdman. Iñárritu además tuvo palabras para defender la diversidad: "Existe gente a la que no escuchan porque en ellos sólo ven el color de la piel. Nos tenemos que liberar de esos prejuicios y lograr que el color de la piel sea algo irrelevante".
Por su parte, Leonardo DiCaprio, que encarnó al explorador Hugh Glass en El renacido, recibió el Oscar a la mejor actuación masculina, un galardón muy esperado ya que es la primera estatuilla para el intérprete tras cinco nominaciones como actor.
"Estás haciendo historia del cine. Gracias a ti y al 'Chivo' Lubezki por rodar experiencias cinematográficas trascendentes", dijo DiCaprio aludiendo a Iñárritu, tras lo que advirtió de la urgencia de luchar contra el cambio climático, que es "la amenaza más urgente" que afronta el hombre.
Pese a ello, El renacido no fue capaz de llevarse el galardón a mejor filme, que fue para Spotlight, la película sobre la investigación periodística acerca de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en Boston. Su director, Tom McCarthy, aseguró que la película "dio voz" a los supervivientes de aquellos abusos y señaló que el Oscar servirá para "amplificar" ese mensaje.

El galardón a mejor actriz cumplió los pronósticos y fue para Brie Larson por La habitación, mientras que la intérprete sueca Alicia Vikander obtuvo el Oscar a mejor actriz de reparto por La chica danesa.

Una de las grandes sorpresas de la noche fue la derrota de Sylvester Stallone, cuyo Oscar al mejor actor de reparto parecía cantado por su interpretación del boxeador Rocky Balboa en Creed: La leyenda de Rocky, pero finalmente quien se llevó el gato al agua fue Mark Rylance por El puente de los espías.
Aunque para decepción la de la película Marte, de Ridley Scott, que se presentó con siete candidaturas y se fue finalmente de vacío.

En cambio, el cine chileno celebró el primer Oscar de su historia gracias a Historia de un Oso, de Gabriel Osorio, que venció en el apartado de mejor cortometraje animado.

La brasileña El niño y el mundo, de Alé Abreu, y la colombiana El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, no pudieron ganar los Oscar a mejor película animada y mejor película extranjera, que fueron a parar a Del revés y la húngara El hijo de Saúl, respectivamente.
El diseñador español Paco Delgado no obtuvo el reconocimiento al mejor vestuario por La chica danesa, pero un representante español, el compositor Nico Casal, cantó victoria como parte del equipo del cortometraje de ficción Stutterer.

Además, el mundo de la música se rindió a los pies del legendario compositor italiano Ennio Morricone, que a sus 87 años logró su primera estatuilla por la banda sonora de Los 8 más odiados, de Quentin Tarantino.
Por último, Amy, que relata la historia de la fallecida cantante Amy Winehouse, logró el Oscar al mejor documental, mientras que Ex Machina dio la campanada al lograr el premio a los efectos visuales frente a "superproducciones" como Mad Max: Furia en la carretera o Star Wars: El despertar de la fuerza.
El humorista Chris Rock fue el encargado de presentar la gala, que estubo marcada por la ausencia de nominados de color.

martes, 26 de enero de 2016

Ettore Scola, maestro de la melancolía

Luciana Castellina, Sin Permiso

Vi por última vez a Ettore Scola hace varios días en el Auditorium, aquí en Roma, donde se conmemoraban los cuarenta años del diario La Repubblica. Bromeé con el director ya mayor y le pregunté: “¿Por qué vas disfrazado de viejo?”. Me respondió: “Porque ya llevo tiempo muerto”.

Scola, ganador del Globo de Oro y candidato al Oscar, murió ayer a los 84 años tras caer en coma el domingo pasado. Entre los sarcásticos de nuestra edad, el humor negro es una forma de evitar tomarse en serio la vejez. Para mí no era más que una broma afectuosa. Scola señalaba durante años su fecha de nacimiento como justificación de su amarga separación de la vida cotidiana, del cine igual que de la política. De algún modo, cedía a la fealdad de la modernidad, mayor melancolía aun para alguien como él que luchó durante tanto tiempo.

En años recientes, daba la impresión de que había delegado a su cuerpo, todavía hermoso, para que expresara el dolor que contenía: al romperse la pierna durante un festival en Venecia, y luego un dedo del pie, y después no recuerdo qué. Fue ahora su condenado corazón, pero esta vez no era una broma.

No es que su melancolía no la rompieran momentos de alegría, eso sí. Una gran alegría fue la película sobre su figura, obra de sus hijas, Paola y Silvia. Luego, tras un largo hiato, dirigió La Bohème, de Puccini. Hace unos meses asistí con él a la proyección, en lo que creo que fue su último acto público, en la inauguración de la conferencia anual de Eurovisión.

Durante casi diez años, con el cambio de siglo, después de pasar muchos años ocupado con los metalúrgicos y los palestinos, volví para promover el cine europeo e italiano, como presidenta, por ejemplo, del Comité de Cultura del Parlamento Europeo. Esos años fueron testigos de una dura batalla, lo que se denominó “guerra no declarada” entre el cine norteamericano y el europeo, cuando el audiovisual estaba a punto de entrar en la picadora de carne de la Organización Mundial del Comercio, reducido a la categoría de “mercancía”. Teníamos que defender su naturaleza cultural.

Scola no estaba entre los muchos que se comprometieron en esta batalla en Italia, pero solía estar en primera fila, junto a muchos amigos y colegas de Francia. Por esto, no sólo por una gran admiración por su arte, los franceses aman a Scola. Ayer recibí una llamada telefónica de París — no había visto la televisión — para avisarme de que había muerto. Francia lloraba la muerte del “gran maestro italiano”.

Le debo mucho a Scola. No sabía gran cosa cuando me impliqué en el cine, y él fue el que me ayudó a encontrar mi rumbo. Nos hicimos amigos, no sólo conocidos. Le estoy inmensamente agradecido por su apoyo, con una hermosa frase para la contraportada de uno de mis primeros libros, no sólo en la política, y por presentar con su habitual inteligencia, humor y calidez, una película de Daniele Segre, con locución mía, acerca de la experiencia de postguerra. De entonces a ahora, a través del Partido Comunista Italiano e Il Manifesto, fue parte grande de una generación que se esforzó por ser comunista.

Que ya no esté entre nosotros constituye para muchos una gran pena.

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