miércoles, 6 de febrero de 2008

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA


En 1985 el premio Nóbel de literatura, Gabriel Garcia Marquez publica su novela El amor en los tiempos del cólera, donde en síntesis narra las desventuras de Florentino Ariza y su amor por la joven Fermina Daza, a quien su padre prohíbe entablar relación con el joven, lo que desemboca en que Florentino, presa de un amor tan grande como obsesivo, la espere 51 años 9 meses y 4 días para consumar su pasion. En ese lapsus se suceden cantidad de acontecimientos que los involucran a ellos como ejes de la narración y a sus familias y relaciones sociales como marco descriptivo de unos personajes que se debaten permanentemente en laberintos pasionales de distinto tenor.

Sin llegar a ser una "novela rio", García Márquez se da el tiempo de narrar los acontecimientos con esa belleza descriptiva que le es tan propia junto a un delicado y profundo dibujo de los caracteres, siempre, en este caso, al borde de lo fantástico, lo que impregna el relato de un romanticismo de profunda factura donde el "sturm und drang" (tormenta e impulso) goetheano encuentra un eco latinoamericano de gran estatura.

No pasaron 51 años, pero si 22, para que de la mano del ingles Mike Newel (Bailando con un extraño, 4 bodas y un funeral, La sonrisa de monalisa) nos llegara la adaptación cinematográfica de esta novela. Adaptar al cine cualquier gran texto ya es una hazaña digna de destacar, y creo que en este caso la adaptación del sudafricano Ronald Harwood (El pianista ) tiene el doble mérito de poner en pantalla de muy buena forma gran parte del imaginario garcia-marquiano y construir un relato que hace justicia absoluta a la novela.

El gran director alemán Josef von Stemberg, decia que las novelas se mueven en distintos y diferentes niveles narrativos y que el cine debe tomar como base uno de estos niveles y desarrollarlo al máximo. Es la única forma de que la película no naufrague en un mar de imágenes literarias que pueden ser de gran belleza y significancia en el papel, pero que en la pantalla pierden fuerza y belleza si es el caso. Creo que el filme de Newel es un caso de acierto narrativo bajo esta premisa ya que lleva su relato con gran limpieza y economía de símbolos y signos lo que redunda en que nos concentramos en lo esencial: la pasión desbordada de florentino y su tránsito hacia la concreción del ideal amoroso junto a Fermina. Lo que fue un amor desbordado y sufriente en su juventud va mutando a una pasión madura y quieta, aunque igual de profunda, donde vemos la evolución profundamente humana de un sentimiento que no se agota y que se alimenta a si mismo con solo la visión casi permanente del ser amado o la sensación de sufrimiento al no poder observarla a diario.

Con un elenco mayoritariamente de origen latino, una fotografía que destaca los ambientes con gran acierto y una cuidadísima dirección de arte en donde sobresale un gran trabajo de maquillaje, Newel da un ejemplo de qué hacer frente a un relato de la hondura del de García Marquez cuando se lleva a la pantalla procurando que en definitiva la "inspiración esencial" de la novela este presente y sea el impulso que hace avanzar el guión.

Esencialmente el relato es la pintura de un amor desbordado y eterno, y el filme da cuenta de ello de manera absoluta. Un amor para toda la vida, que mejor le puede suceder a un ser humano.

José Luis Arredondo.

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