viernes, 29 de febrero de 2008

sábado, 23 de febrero de 2008

BERGMAN, NOCHE DE CIRCO

Noche de circo (Gycklarnas Afton, 1953) es una de las películas más amargas y desencantadas de Bergman en la cual describe en un tono lúgubre y opresivo la fragilidad de las relaciones humanas en un relato de poderosa vertiente existencial influenciado por la filosofía y la literatura nórdica.

La acción parte con el cansino andar de la caravana del circo Alberti, en el frío amanecer, surcando el horizonte, camino a un pueblo donde detenerse a dar unas funciones. En uno de los primeros diálogos se narra una historia anterior, en flash-back, donde el payaso Frost descubre a su mujer desnuda en una lujuriosa convivencia con un batallón de soldados y acude a rescatarla sufriendo la humillación de todos ellos. Este golpe nos prepara para asistir al drama que veremos. La peregrinación de los carromatos, a contraluz, tiene ese toque que Bergman heredó de su maestro Vilmot Sjostrom La carreta fantasma (1921) donde a través de muy pocos planos transmite la hostilidad y la precariedad de unas vidas desesperadas; así como el sabor del desengaño y la humillación recuerdan al profesor Rath (Emil Jannings) de El Angel Azul.

A poco andar sabemos que Alberti, el dueño del circo y maestro de ceremonias, abandonó hace años a su mujer por la vida itinerante y ligera del circo junto a Anne, su amante, una bella equilibrista y domadora con quien ya se ha perdido toda la magia del encanto inicial. Ahora, en su peregrinar, el circo vuelve al lugar donde Alberti tiene a su familia y acude, por cierto, a ver a su ex esposa, no sin antes pedir ropa prestada para llegar frente a ella con una vestimenta digna y presentable. El mundo de las apariencias y la realidad versus la ficción está presente en todo el espesor de esta trama a partir de las máscaras y disfraces y las mismas vidas de estos payasos que hacen reir cuando internamente están destrozados.

La cuidadosa elaboración del encuentro entre Alberti y su esposa, así como el de Anne y Franz, el actor que quiere seducirla, en planos paralelos, da cuenta del affaire y el engaño simultaneo. Mientras Anne consolida su cita con Franz, Alberti confiesa a su esposa su hastío, su fatiga por una vida miserable y le pide que lo acepte de nuevo, como antes. Y ella, en buena posición, con estabilidad económica y social, le dice que no, que ya en su vida no hay espacio para el amor. Estos dos fracasos simultáneos: el de Alberti en su intento de abandonar a su amante y volver con su mujer, y el Anne en su escapada con Franz, al ver que éste la desprecia y solo quiere utilizarla, está conducido de manera notable por Bergman a través de primeros planos y silencios y elocuentes planos secuencias de poderosa carga visual y expresiva.

Anne y Alberti tropiezan en el camino de regreso al circo, a la función que deben dar, y se confiesan mutuamente sus faltas. Durante la función, Bergman establece un gran contrapunto al mostrar el sudor y el cansancio de Alberti versus la frescura y templanza de Franz, que ha asistido a ver el espectáculo para molestar a ambos. En éste, Franz se burla de Anne para enfurecer a Alberti y provocarlo. Alberti coge el anzuelo y se trenza en una patética pelea con Franz. Durante la lucha cuerpo a cuerpo, que el público aplaude por creer que se trata del plato fuerte de la noche, Alberti muerde otra vez el polvo de la derrota. La función termina, y la caravana comienza nuevamente su marcha en la noche, en retirada de la ciudad. Los personajes, con más carga, hastío y dolor, solo pueden ver que es apenas la mutua compasión que se tienen, ya integrada en sus vidas, la que puede permitirles seguir juntos.

Lo medular de este cruel relato de Bergman es la sobriedad con la que pinta a seres vencidos por el tiempo y la vida. Apoyado en una estética de luces y sombras con una determinante fotografía de Sven Nykvist, crea un retrato potente de personajes que quieren escapar de su propia prisión pero chocan en su intento con una realidad ácida y brutal en la cual no queda espacio para los sueños. Se trata de un Bergman amargo y notable, que nos estremece con personajes inolvidables y poderosamente reales.

CON LA MUERTE EN LOS TALONES

Realizada entre Vértigo (1958) y Psicosis (1960), dos de sus obras maestras, North by Northwest (1959), es un divertimento hitchcockiano en plena Guerra Fría con el telón de fondo de las Naciones Unidas y la tensión de espías yanquis y rusos tras poderosos y potenciales secretos de Estado. Aquí, el maestro se juega sus temas favoritos del hombre equivocado y el falso culpable en un relato que no da ni un segundo de tregua.

Mientras se toma un café con unos clientes en un hotel, un publicista (Cary Grant) es confundido por un agente del contraespionaje y es primero secuestrado y luego emborrachado para, tras su huída, ser perseguido por todos los Estados Unidos en una cacería interminable. La historia tiene un ritmo vertiginoso y está llena de las claves estéticas de corte y montaje que impuso el gran maestro y que después servirían para dar vida a toda la serie de películas de James Bond o los casos de Bourne, entre miles de otras.

Y pese a estar próxima a cumplir su medio siglo, Intriga Internacional o Con la muerte en los talones, es una película que se mantiene plenamente viva merced a sus saludables toques de humor y tensión dramática, y a las metáforas sexuales en la relación que el protagonista establece con la bella del relato (Eve Marie Saint). Inolvidable es la elipsis en que la jala al borde del abismo del Rushmore para terminar acomodándola en la cama del tren mientras éste inicia el acceso a un túnel.

La confusión de identidades que sirve como motor de esta historia en la que abundan personajes peligrosos (interpretados por James Mason y Martin Landau) establece los elementos de acoso en el cual el protagonista se ve paulatinamente atrapado en una zona de ardiente pesadilla, al borde de la muerte.

Varias escenas de este filme, como la persecución con la avioneta o la escapada por el monte Rushmore constituyen parte de los grandes legados de Hitchcock y son la matriz desde la cual se ha levantado el cine de acción moderno. El guión (Ernest Lehman), la música (Bernard Herrmann), y el montaje (George Tomasini) impulsan un relato de ritmo frenético y delirante que no da tregua. Auténtico suspenso a lo Hitchcock.




martes, 19 de febrero de 2008

SECONDS, JOHN FRANKENHEIMER, 1966

Esta obra maestra de John Frankenheimer y con guión de Lewis John Carlino realizada a mediados de los años sesenta pasó casi inadvertida en su tiempo. Protagonizada por Rock Hudson, Seconds es una película que critica agudamente las ideas desproporcionadas del avance tecnológico, así como los espíritus insaciables de un individualismo extremo.

Apoyada por las temáticas existencialistas del cine europeo que hacían furor en la época, La Noche, de Antonioni o El Silencio, de Ingmar Bergman, Seconds muestra el contrapunto dicotómico entre la vida real y la vida del deseo.



A un acaudalado hombre de mediana edad, insatisfecho con la vida que lleva: trabajo, esposa, hijos, se le ofrece una segunda oportunidad de vida para alcanzar la felicidad y ser y hacer lo que siempre ha querido. La promesa de una vida nueva con otra personalidad y otro espacio y entorno social es algo que seduce al protagonista quien no vacila en aceptar esta oferta de cambio radical. El tema es una variante moderna del mito de Fausto y Mefistófeles, sólo que esta vez Mefisto es una corporación tecnológica de avanzada con la cual no hay marcha atrás.

La corporación se encarga de hacer desparecer totalmente los rastros del sujeto e inventar un accidente automovilístico para tener un cuerpo, irreconocible, que entregar a la familia.

En su nueva vida el personaje goza y realiza sus fantasías solo soñadas. Sin embargo, la ausencia de un pasado real, el nulo contacto con su historia verdadera, lo lleva a echar pie atrás y pide a la compañía una tercera oportunidad, esta vez para que lo reintegre a su vida original. Sin embargo a la compañía no le agradan los fracasos y no se conduele de las fallas humanas, por tanto la tercera oportunidad será una vuelta sin retorno a la muerte.


Película notablemente amarga sobre el devenir y la soledad del hombre moderno, Seconds es un clásico inolvidable guiado por la mano de un Frankenheimer (El candidato de Manchuria, Domingo Negro, Ronin) en su mejor momento.

Seconds - Títulos iniciales




Rock Hudson en Seconds

lunes, 18 de febrero de 2008

KEN LOACH: EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA

Ken Loach realiza un cine político contundente. Quizá el más potente y poderoso del cine actual. Sus obras son relatos históricos casi documentales que critican las políticas opresivas de los gobiernos o sus servicios de inteligencia. En Agenda Secreta (1990), denuncia un crimen de estado que involucra al régimen de Margaret Thatcher y que, de tan verdadero, no pudo ser contradicho ni por la prensa ni el gobierno pese a la gigantesca maquinaria montada para denostarlo a través de los medios de comunicación.

En Tierra y Libertad (1995)no vacila en presentar al capitalismo y los imperialistas como los autores de la Guerra Civil Española ideada para destruir los caminos de la izquierda y sembrar el dominio de todo un pueblo a partir de la opresión y el castigo.

Con El viento que agita la cebada (The Wind that Shakes the Barley, Reino Unido, 2006), Loach se sumerge en la Irlanda de 1920 para contarnos la historia de unos campesinos que sufren la dominación y el atropello de los ingleses, considerados en ese entonces “los dueños del mundo”.
Los campesinos se unen para formar un ejército de guerrilleros voluntarios que se enfrenta a las tropas británicas de ocupación que han sido enviadas para sofocar las aspiraciones independentistas de los irlandeses a como de lugar.
Se trata de una historia que destila violencia y no ahorra en presentar la dura realidad de las circunstancias: palizas, torturas, asesinatos, vejaciones, golpes de guerrilla y de contraguerrilla, y que por eso ha sido interpretada como un elogio al IRA y sus posibles orígenes, aunque aquí entramos en el terreno de la especulación.
Porque la mirada de Ken Loach es sumamente aguda, y así como muestra a ingleses que reparten crueldad con sus vejaciones y palizas, también muestra a irlandeses que traicionan sus propias raíces por un beneficio mezquino. Loach deja en claro la crueldad que hay en ambos bandos, pero también deja en claro que unos son los ocupantes con sus aspiraciones de dominio y sumisión, y otros los resistentes, que lucharán por recuperar la dignidad de sus vidas. Cine intenso es este de Ken Loach. Vale la pena en toda su linea.

jueves, 14 de febrero de 2008

BABEL


Babel es una película engañosa. Sumergida en la vorágine de la bullada globalización y a partir de un disparo de escopeta que se cala e inmiscuye en los abismos sociales bajo la omnipresente pesadilla del terrorismo, cruza varias historias en el ambicioso intento de mostrar la incomunicación en un mundo donde todo tiene que ver con todo.

Una pareja de estadounidenses que vive su propia crisis y hace turismo por el desierto de Marruecos viven su momento de descontrol y angustia cuando la mujer recibe un disparo azaroso desde lo alto de una colina. El rifle fue regalado por un japonés a un cazador marroquí quien se lo trueca a un pastor de cabras para ayudar en la guía del rebaño. Uno de sus hijos, jugando, realiza el disparo fatal.

El hecho provoca una alerta mundial y agita acciones en tres continentes que ven tras el acto la mano del "eje del mal", tema que permite al realizador González Iñárritu (Amores Perros, 21 Gramos) desplegar su contundente discurso narrativo en el cual lo que falla, justamente, es la mirada que tiene sobre el mundo y sus personajes.

De partida, el precario retrato que ofrece de la comunidad rural marroquí, con un niño que se masturba pensando en su hermana. Le sigue el de la indocumentada niñera mexicana que cuida a los hijos del matrimonio y que aprovecha su ausencia para cruzar la frontera e ir a una fiesta de casamiento donde abunda el tequila y el vicio. Porque para el director, los latinos son juerguistas, camorreros y pendencieros. En otras palabras, el subdesarrollo parece ser resultado del incesto y la vida fácil mientras los que sufren, las pobres víctimas, son los turistas estresados e insatisfechos de su vida vacía.

A modo de contrapunto aparece la realidad nipona, también cruel, con una niña sordomuda que ansía perder la virginidad; y su padre, el dueño original del rifle. Ambos viven la incomunicación tras la pérdida de la madre y esposa. Este pretendido retrato multiétnico condimentado con el tema de la sexualidad sólo da cuenta de la fascinación que siente el director por el modo de vida yanqui. De hecho, la mujer herida accidentalmente se salva y el matrimonio sale fortalecido tras el balazo mientras el resto de los personajes sufre el trágico destino del apresamiento, la muerte o la deportación.

Así y todo Iñárritu se las ingenia para presentar su producto como la quintaesencia de la complejidad del mundo que vivimos y de lo tortuoso que es el camino de las relaciones humanas. Gran parte del mérito del filme lo tiene la generosa banda sonora con temas de, entre otros, Gustavo Santaolalla y Ryuichi Sakamoto.

martes, 12 de febrero de 2008

ADIÓS A LAS VEGAS


Adiós a las Vegas es una curiosa historia de amor entre dos de los personajes más desgarradores del cine de los últimos tiempos. La música y la voz de Sting cantando “has tenido alguna vez la sensación de que el mundo te ha dejado atrás”, permite la presentación de Ben (Nicolas Cage) quien va cuesta arriba con el mundo y no sabe si su mujer lo abandonó porque se volvió alcohólico o si se volvió alcohólico porque su mujer lo abandonó. Conocemos a Ben cuando llena de botellas de whisky y vodka un carro en el supermercado, mientras Sting canta “has tenido alguna vez la sensación de estar a punto de volverte loco”.

Ben bebe sin parar y las primeras escenas dan cuenta de su degradación psíquica y física. Entre el vodka y el whisky se ha transformado en un recipiente de alcohol y todo su entorno lo rechaza. Lo despiden de su trabajo en Hollywood y decide partir rumbo a Las Vegas para poder “tomar hasta morir”. Antes de hacerlo, quema todas sus pertenencias y recuerda su pasado. Ahora no hay nada. Ahora no es nada.

En la diabólica ciudad del juego y las luces de Neón conoce a Sera (Elisabeth Shue), una prostituta que se le cruza en el camino cuando éste pasa la luz roja. Y lo que viene a continuación es la historia de amor entre ambos. Una historia de aceptación y dolor.

Cuando la pareja decide vivir juntos, Ben pone la única condición que vale en su condición de suicida: “nunca me pidas que deje de beber, ¿has entendido?”. A lo cual ella responde: "Sí, he entendido”. Más tarde viene el reclamo de él cuando se refiere al trabajo de ella: “No me disgusta, pero tampoco me es indiferente”.

Sera se resquebraja y rompe su coraza. La hemos oído decir que en su trabajo es “una gran intérprete de las fantasías del otro”. Ahora dice que junto a Ben se siente “tal cual es”.

Es en este plano de la aceptación del otro tal cual es donde se plantea el fondo de esta gran película de amor de Mike Figgis, bellamente ambientada con las canciones de Sting, Jackie Wilson y el jazz que desborda la pantalla.

lunes, 11 de febrero de 2008

EL CAMINO A GUANTÁNAMO


Esta película de Michael Winterbottom y Mat Whitecross se basa en la historia real de cuatro amigos británicos que en septiembre de 2001 viajan desde Tipton, en las Midlands inglesas, para asistir a la boda de uno de ellos en Pakistán. Cuando están allí deciden cruzar a Afganistán para ofrecer ayuda humanitaria a las víctimas del ataque genocida tras los incidentes del 11-S. Esto es algo que pagarán muy caro, pues tres de ellos (el cuarto desapareció mientras huyen de las tropas estadounidenses y nunca mas se volvió a saber de él) son apresados por la Alianza del Norte quienes los entregan a los norteamericanos. Por cierto, las huestes yanquis los toman por terroristas y aliados de Al Qaeda y los conducen a la bahía de Guantánamo, en Cuba, donde permanecen más de dos años. Su viaje, planeado en torno a cuatro semanas, terminó durando dos años y medio. Prisioneros de un error burocrático los tres jóvenes, Shafiq, de 23 años; Asif y Ruhel, de 19 años, fueron trasladados a la base militar de Guantánamo donde fueron sometidos a incontables vejaciones y torturas, forzados a firmar declaraciones falsas y mantenidos indefinidamente en condiciones infrahumanas, prohibiéndoseles el contacto con el exterior y hasta con sus vecinos de celda. El 5 de marzo de 2004 fueron trasladados al Reino Unido y en Londres, tras ser interrogados, fueron puestos en libertad sin cargos.

La película está rodada en tono documental lo que le proporciona un gran verismo al relato. Aquí son los hechos mismos los que proporcionan el tono de denuncia: las palizas, las humillaciones y las torturas, que nos recuerdan tanta situación inhumana que se creía obsoleta, está aquí presente en manos de todos aquellos que aprobaron ciegamente la política exterior de Bush y su tan relamida lucha contre el terrorismo.

Este filme tiene el doble mérito de narrar una historia cruda y cruel con un ritmo que no da pausas. Riz Ahmed, Ferhard Harem y Arfan Usman son los actores aficionados que dan vida al trío protagónico. Los verdaderos protagonistas de la pesadilla también aparecen en el transcurso del filme con pequeñas apariciones a cámara.

El camino a Guantánamo (The road to Guantánamo) recibió el oso de Plata en el Festival de Berlín y es una película que merece verse para conocer por dentro la cárcel de Guantánamo y enterarse de las atrocidades que allí se cometen en nombre de la libertad y la democracia estadounidense.

miércoles, 6 de febrero de 2008

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA


En 1985 el premio Nóbel de literatura, Gabriel Garcia Marquez publica su novela El amor en los tiempos del cólera, donde en síntesis narra las desventuras de Florentino Ariza y su amor por la joven Fermina Daza, a quien su padre prohíbe entablar relación con el joven, lo que desemboca en que Florentino, presa de un amor tan grande como obsesivo, la espere 51 años 9 meses y 4 días para consumar su pasion. En ese lapsus se suceden cantidad de acontecimientos que los involucran a ellos como ejes de la narración y a sus familias y relaciones sociales como marco descriptivo de unos personajes que se debaten permanentemente en laberintos pasionales de distinto tenor.

Sin llegar a ser una "novela rio", García Márquez se da el tiempo de narrar los acontecimientos con esa belleza descriptiva que le es tan propia junto a un delicado y profundo dibujo de los caracteres, siempre, en este caso, al borde de lo fantástico, lo que impregna el relato de un romanticismo de profunda factura donde el "sturm und drang" (tormenta e impulso) goetheano encuentra un eco latinoamericano de gran estatura.

No pasaron 51 años, pero si 22, para que de la mano del ingles Mike Newel (Bailando con un extraño, 4 bodas y un funeral, La sonrisa de monalisa) nos llegara la adaptación cinematográfica de esta novela. Adaptar al cine cualquier gran texto ya es una hazaña digna de destacar, y creo que en este caso la adaptación del sudafricano Ronald Harwood (El pianista ) tiene el doble mérito de poner en pantalla de muy buena forma gran parte del imaginario garcia-marquiano y construir un relato que hace justicia absoluta a la novela.

El gran director alemán Josef von Stemberg, decia que las novelas se mueven en distintos y diferentes niveles narrativos y que el cine debe tomar como base uno de estos niveles y desarrollarlo al máximo. Es la única forma de que la película no naufrague en un mar de imágenes literarias que pueden ser de gran belleza y significancia en el papel, pero que en la pantalla pierden fuerza y belleza si es el caso. Creo que el filme de Newel es un caso de acierto narrativo bajo esta premisa ya que lleva su relato con gran limpieza y economía de símbolos y signos lo que redunda en que nos concentramos en lo esencial: la pasión desbordada de florentino y su tránsito hacia la concreción del ideal amoroso junto a Fermina. Lo que fue un amor desbordado y sufriente en su juventud va mutando a una pasión madura y quieta, aunque igual de profunda, donde vemos la evolución profundamente humana de un sentimiento que no se agota y que se alimenta a si mismo con solo la visión casi permanente del ser amado o la sensación de sufrimiento al no poder observarla a diario.

Con un elenco mayoritariamente de origen latino, una fotografía que destaca los ambientes con gran acierto y una cuidadísima dirección de arte en donde sobresale un gran trabajo de maquillaje, Newel da un ejemplo de qué hacer frente a un relato de la hondura del de García Marquez cuando se lleva a la pantalla procurando que en definitiva la "inspiración esencial" de la novela este presente y sea el impulso que hace avanzar el guión.

Esencialmente el relato es la pintura de un amor desbordado y eterno, y el filme da cuenta de ello de manera absoluta. Un amor para toda la vida, que mejor le puede suceder a un ser humano.

José Luis Arredondo.

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